sábado, 2 de julio de 2011

LA MUERTE..LA VIDA ..PUNTOS DE VISTA !!!

Es un poco irónico el saber que lo único que tenemos seguro en ésta vida es al mismo tiempo a lo que más le tememos: La muerte.
Nuestra cultura occidental y nuestras religiones judeo-cristianas nos enseñan a temerle a la muerte.La muerte es algo de lo que nadie puede escapar. La muerte sigue a la vida con tanta seguridad como la noche sigue al día, el invierno sigue al otoño o la vejez sigue a la juventud. Las personas se preparan para no sufrir cuando les llegue el invierno; se preparan para no tener que sufrir en la vejez. ¡Pero pocos se preparan para la certeza aun mayor de la muerte!
La sociedad moderna ha alejado su mirada de este problema tan fundamental. Para la mayoría de las personas, la muerte es algo a temer, algo terrible o si no, sólo la ausencia de vida, algo hueco y vacío. Y la muerte ha llegado a ser considerada incluso como algo “antinatural.”
¿Qué es la muerte? ¿Qué ocurre con nosotros después de que morimos? Podemos intentar ignorar estas preguntas. Muchas personas lo hacen. Pero si ignoramos la muerte, creo que estaremos condenados a vivir una existencia poco profunda, a vivir insatisfechos, espiritualmente hablando. Puede que hasta nos convenzamos a nosotros mismos de que, de alguna manera, haremos una transacción con la muerte "cuando llegue el momento." Algunas personas se mantienen muy comprometidas en un sinfín de constantes tareas que le evitan pensar en los problemas fundamentales de la vida y la muerte. Pero en semejante estado mental, la alegría que sentimos es, en fin de cuentas, frágil y se encuentra ensombrecida por la presencia ineludible de muerte. Es mi firme creencia que enfrentar el problema de la muerte puede ayudar a traer verdadera estabilidad, paz y profundidad a nuestras vidas.
¿Qué es, entonces, la muerte? ¿Es sólo extinción, un retroceso hacia la nada? ¿O es la puerta hacia una nueva vida, una transformación en lugar de un fin? ¿Acaso es que la vida no es más que una fase fugaz de actividad precedida y seguida por la quietud y la no-existencia? ¿O será que tiene una continuidad más profunda, que persiste más allá de la muerte en alguna forma u otra?
Según el punto de vista budista, la idea de que nuestras vidas acaban con la muerte, es interpretada como una captación muy equivocada de la realidad. El budismo ve que todo en el universo, todo lo que ocurre en él, es parte de un inmenso tejido viviente de interconexiones. La energía vibrante que nosotros llamamos vida y que fluye a lo largo y ancho del universo no tiene principio ni final. La vida es un proceso continuo y dinámico de cambio. ¿Por qué, entonces, ha de ser la vida humana la única excepción? ¿Por qué ha de ser nuestra existencia algo arbitrario, aislado y desconectado del ritmo universal de la vida?
Nosotros sabemos ahora que las estrellas y las galaxias nacen, viven lo que les corresponde por naturaleza vivir, y mueren. Lo que es aplicable a las inmensas realidades del universo es igualmente aplicable al reino en miniatura de nuestros cuerpos. Desde una perspectiva totalmente física, nuestros cuerpos están constituidos por los mismos materiales y compuestos químicos que constituyen a las galaxias más distantes. En este sentido nosotros somos, literalmente, hijos de las estrellas. Un cuerpo humano consta de unos sesenta billones de células individualizadas y la vida es la fuerza inherente que armoniza el infinitamente complejo funcionamiento de este arrebatador número de células. A cada momento, enormes cantidades de estas células mueren y son reemplazadas por el nacimiento de otras. A este nivel, cada uno de nosotros está experimentando día a día los ciclos de nacimiento y muerte.
En términos muy prácticos, la muerte es necesaria. Si las personas vivieran para siempre, tarde o temprano empezarían a anhelar la muerte. Sin la muerte, enfrentaríamos gran cantidad de nuevos problemas, desde la superpoblación hasta el hecho de que las personas tuvieran que vivir para siempre en cuerpos avejentados. La muerte hace espacio para la renovación y la regeneración.
La muerte debe, por consiguiente, agradecerse tanto como se agradece la vida, como una bendición. El budismo ve la muerte como un período de descanso, como un sueño a partir del cual la vida recobra energía y se prepara para nuevos ciclos de existencia. No hay ninguna razón para temerle a la muerte, para odiarla o para buscar desterrarla de nuestras mentes.
La muerte no discrimina, nos despoja de todo. La fama, la riqueza y el poder son todos inútiles en los solemnes momentos finales de la vida. Cuando el momento llega, en lo único que podemos confiar es en nosotros mismos. Ésta es una confrontación imponente ante la cual nos presentamos con la sola armadura de nuestra cruda humanidad, del registro real de lo que hemos hecho, de cómo hemos escogido vivir nuestras vidas. "¿He sido fiel a mí mismo? ¿Qué contribución he aportado yo al mundo? ¿Cuáles son mis satisfacciones o pesares?"
Para morir bien, uno tiene que haber vivido bien. Para quienes han vivido fieles a sus convicciones, para quienes han trabajado por llevar felicidad a los demás, la muerte puede venir como un placentero descanso, como un sueño bien ganado después de un día de agradable ejercicio.
La muerte se considera la interrupción de la vida y es un fenómeno irreversible para cualquier ser vivo. Fisiológicamente una persona se encuentra muerta cuando no se registra actividad cerebral y cardíaca. Existen casos de personas en donde el corazón late, pero el cerebro está muerto y es son muy discutidos estos temas ya que moralmente puede considerarse a la persona viva o muerta. Pero últimamente la muerte médicamente irreversible del cerebro se considera muerte.
En el preciso momento de la muerte en el cuerpo se empiezan a notar los cambios: baja la temperatura, se coagula la sangre, etc. temas que la ciencia debe tratar. Pero, ¿dónde se va la chispa de la vida? ¿simplemente morimos y nada más? ¿qué pasa con los pensamientos, los recuerdos... quedan en el pasado?
Todas las religiones y la mayoría de las creencias están seguros que la vida no termina con la muerte física de la gente. Pero no sólo se cree en esto porque hay testimonios que lo comprueban, sino que está en el SER del humano sentir que todo lo que hace vale la pena, que la muerte no es el fin de todo, que algo más allá hará continuar otra vida.
En general las creencias se apegan a lo siguiente:
El Hombre está formado por cuerpo y alma (dualidad), y la muerte consiste en la separación definitiva (finalmente con retorno para los cristianos) del cuerpo con el alma. El alma en ese momento (la persona está consciente de su muerte generalmente) va hacia un determinado lugar. Lugar que variará dependiendo de la creencia o religión.
La muerte te separa de todo, es un adiós a los honores, a la familia, a los amigos, amigas, a las riquezas, es un adiós a todo. Por eso, si un día tengo que separarme a la fuerza de todo, es absurdo apegarme desordenadamente a tanta cosas. Cuanto más apegado estés, más doloroso será el desgarrón. El ideal es vivir tan desprendido, que cuando llegue la muerte tenga poco que hacer.
Hay quienes piensan que "TODO " es vida en el universo, todo está en constante movimiento, nada está inerte, pues en el actual período de manifestación todo está en un perpetuo e incansable movimiento. La piedra que yace en el páramo más inhóspito de la tierra, tiene átomos que se mueven frenéticamente y que le dan su carácter sólido, por tanto, está viva. El cadáver de un hombre que se postra ante una mesa de exploración médica, tiene dentro de si, miles de reacciones químicas, miles de moléculas interactuando unas con otras, millones de partículas atómicas intercambiando energía, por tanto, está vivo. Todo lo anterior es válido y está avalado desde el punto de vista de la Ciencia. Pero indaguemos el significado de lo que es la vida y la materia.


La definición de vida para la Real Academia Española de la Lengua es Vida: (del latín vita) Fuerza o actividad interna sustancial, mediante la que obra el ser que la posee.


Para la Enciclopedia Británica : materia viva es aquella que muestra ciertos atributos que incluyen capacidad de reacción, crecimiento, metabolismo, transformación de la energía y reproducción.

Estas dos definiciones encajan perfectamente en la concepción anterior.
Pero como sobre la "MUERTE",no hay una concepción única ni definitiva,sólo nos resta queridos amigos ,vivir esta vida de la mejor manera posible. Disfruta todos los momentos, disfruta que tu corazón late, tus pulmones respiran y tu alma ama y puede expresarlo aún físicamente! Cuida a los tuyos y quiérelos, e invierte en lo único seguro, cierto y que trasciende la muerte: en tu espíritu!!!






DELIA DUCREAUX