viernes, 31 de enero de 2014

PONERSE EN EL LUGAR DE....PONERSE EN LOS ZAPATOS DE !!


Ponernos en el lugar del otro ¿Qué significa?

¿Se pone usted alguna vez en el lugar de la persona que se comunica con usted? Se preguntará ¿para qué? Le invito a preguntarse: ¿usted siente que los demás la comprenden? ¿Siente que alguna persona no lo hace? ¿En qué circunstancias?
¿Probó alguna vez tratar de ver la forma que ve el otro?¿Trató de ponerse en sus zapatos, de “caminar un poco con sus zapatos”?

Para lograr una buena comunicación con los demás es importante saber cómo está viendo la otra persona las cosas, ver cuáles son las interpretaciones, cuáles son sus motivaciones, cuál es su punto de vista y algo que es más que importante y pocas veces lo hacemos, observar cuál es su estado de ánimo, cuáles son sus emociones, ver qué está sintiendo.
Esto no sólo es en pos de una buena comunicación, sino que también lo es para resolver los conflictos que se plantean con los demás.Si me quiero comunicar con otra persona, y lograr con ella una buena relación, no puedo pretender ni imponerle mi propio punto de vista, ni dejar de reconocer que puede tener un punto de vista diferente al mío. Eso es respetar su integridad, su dignidad, su derecho como ser humano.Cuando la otra persona se siente escuchada, atendida, comprendida, tiene una apertura mayor a la comunicación, se predispone diferente, cambia su emoción, deja de defenderse si se siente atacada, se siente segura. Se promueve una apertura para que ella también escuche (Nos escuche, nos comprenda).Se produce un verdadero intercambio donde ambos tratamos de comprendernos y escucharnos. Y esto construye respeto, cimiento para la relación.

Ponerse en los zapatos del otro, es experimentar en carne propia lo que vive, caminar por el sendero que pisa, con las barreras y obstáculos que debe enfrentar, teniendo las herramientas y dones que posee, carecer de lo que carece; es escribir una historia distinta a la propia, donde las condiciones de vida son totalmente diferentes, es casi como estar en otro mundo del cual quieras regresar, porque tarde que temprano sentirás que ahí no perteneces, que haces parte de otro lugar, pero que es necesario ejercitarse en valorar y respetar la diversidad…

Situarse en el terreno del otro, es aprender a sentir lo que ha de vivir, sus vacíos y temores, sus gozos y dolores; es quizás tener que andar a pie descalzo por caminos llenos de piedras y obstáculos; sintiendo en carne propia las heridas y maltratos, porque el otro posiblemente no tenga zapatos; por eso es injusto juzgar o criticar sin saber realmente lo que hay dentro de cada quien y lo que vive cada cual.

La vida suele ser como una prenda de vestir, cada persona se amolda a lo que le concierne vivir; no podemos pretender mover las fichas que no nos corresponden jugar y dejar de lado las nuestras, corriendo el riesgo de perder la partida y fracasar, tan solo porque nunca valoramos lo que tuvimos y solo estuvimos pendientes de lo que hacían o dejaban de hacer los demás, para comparar y quejarnos, sentir envidia o renegar.

Por eso, antes de burlarnos, criticar, condenar o señalar; hay que saber ponerse por un instante en los zapatos de los demás, para entender lo que viven, sienten y piensan; sin pretender nunca saberlo así no más, porque es imposible penetrar a lo más profundo del ser , el alma es el lugar sagrado al cual no todo el mundo sabe llegar.

Ponerse en los zapatos del otro, ayuda a vivir la solidaridad, a ser más tolerantes y compresivos, y construir fraternidad; porque sabiendo lo que el otro vive, sin sentir envidia, ni comparar ni juzgar; nos ayuda a no hacerle a los demás lo que no queremos que nos hagan, también se fortalecen los lazos de amistad, se permite que surja la confianza, que nos valoremos unos a otros y que así logremos alcanzar la verdadera paz.